Engendrar un hijo, recesión de Fernando Chica en Estudios Eclesiásticos
Pierpaolo Donati es un reconocido sociólogo italiano, autor de numerosas
monografías y creador de una línea de pensamiento denominada «sociología
relacional». Este libro constituye un acercamiento al tema de la «generativi-
dad» que se ha vuelto enormemente controvertido en la actualidad, debido a las
modalidades de tener un hijo que se están difundiendo en nuestras sociedades
contemporáneas. La pregunta sobre la paternidad y la maternidad biológica,
afectiva, educativa o institucional ha hecho su aparición hoy día de un modo
más radical que en otras etapas.
La clave que nos ofrece el profesor Donati es que «quienes engendran no son
los individuos como tales, sino su relación» (p. 8). A partir de esta clave «relacio-
nal», según la cual lo que cualifica la generación como humana es la estructura
de la relación hombre-mujer y sus cualidades como relación, surge una serie de
capítulos, en los que se trata de ilustrar esta tesis fundamental.
El primer capítulo: “El problema y la tesis: leer ‘relacionalmente’ la genera-
ción” (pp. 11-22) repasa las dificultades provocadas por la separación entre la
procreación de un hijo y la relación sexual natural entre un hombre y una mujer.
La medicina y la biología han actuado para separar estos dos hechos. Con ello
han generado un abanico de problemas sociales, culturales y legales. Donati
insiste en que sólo desde una «teoría social a la altura de los desafíos actuales,
y concretamente una teoría relacional, analítica y basada en una ontología de
realismo crítico, capaz de afrontar la creciente morfogénesis de la sociedad» se
puede realmente dar respuesta a estas inquietudes (p. 22).
En el segundo capítulo, titulado “¿Quién (o qué) engendra? ¿Quién (o qué)
es engendrado? Realismo vs. Constructivismo” (pp. 23-40), Donati se enfrenta al
tema del paradigma cognoscitivo que nos va a permitir comprender la generati-
vidad (¿realista?, ¿constructivista?). En su respuesta nos orienta de nuevo hacia
la relación interpersonal como clave; en último término, porque «engendrar sig-
nifica orientarse a una cierta relación con el Otro» (p. 32). Su idea se distingue
radicalmente de la de Giddens, que habla de una «relación pura». Para Donati,
la generación del hijo parte de una estructura que actúa en «una reflexividad
relacional entre agentes que consideran al hijo como el efecto emergente de un
contexto relacional generativo más bien que puramente reproductivo» (p. 35).
El tercer capítulo del libro, “El enigma de la relación generativa” (pp. 41-58),
estudia los escollos que la generatividad encuentra en el mundo posmoderno.
Parte del ejemplo impresionante de Haarlem (Holanda), donde se anunció que
una mujer soltera de 30 años se acababa de casar consigo misma, prometiendo
fidelidad a sí misma. Este ejemplo, «¿anticipa la suerte del matrimonio en Eu-
ropa? Probablemente, si quiere tener un hijo, lo tendrá de sí misma, utilizando
semen de un donante» (p. 42). La cuestión es verdaderamente desconcertante y
Donati la aborda en este capítulo aludiendo al «enigma» irreducible que habita
la «generatividad» humana impidiendo reducirla a simple reproducción.
En el cuarto capítulo, Donati habla de “El nuevo ‘laboratorio de la genera-
tividad’. ¿Qué procreación?” (pp. 59-66). Partiendo de la reciente encíclica del
papa Francisco,Amoris laetitia,Donati se plantea estudiar esta expresión usada
en el Sínodo del «laboratorio de la generatividad», que nos interpela en cuanto
pide un discurso sobre qué se entiende por generatividad y cómo es posible ex-
presarla. Este «laboratorio» debe poseer un sentido trascendente del obrar y de
las relaciones que las acciones generan, para abrir así un espacio en el que las
dimensiones éticas de la generatividad se puedan comprender adecuadamente.
El quinto capítulo profundiza en un argumento más amplio, pues se refiere a
la bioética: “La urgencia de una bioética relacional” (pp. 67-92). Donati presenta
las complejidades que ha de sondear hoy la bioética cuando pretende proponer
un paradigma normativo de la mera adaptación funcional con un trasfondo
más o menos biológico. El autor del libro señala la necesidad de una ontología
y una epistemología relacional que sirvan para resituar las paradojas a las que
se enfrenta la bioética. Finalmente, afirma que «la ciencia no tiene la respuesta
a los problemas éticos», pero «la ética, entendida como reflexión sobre la moral,
[...] es ‘ambiente’ para la ciencia; los problemas y los conocimientos empíricos
los tiene [...] la ciencia, no la ética» (pp. 88-89). Es necesario que germine una
bioética capaz de huir del pragmatismo y del biologismo, afirma Donati. Y esto
sólo será posible si la bioética no se olvida del problema fundamental que a ella
le compete: el del juicio ético (p. 90).
A modo de conclusión, el autor desarrolla un capítulo final, “Conclusiones. ‘Es la
relación la que genera’” (pp. 93-98), donde replantea la tesis del inicio recopilando
ahora todos los elementos que han ido saliendo en la exposición y que muestran
las pistas de solución al problema de la generatividad que se nos propone hoy.
Con un lenguaje ciertamente técnico en ocasiones (que algunas oportunas
notas a pie de página se encargan de clarificar), el profesor Donati escruta un
problema muy serio e intrincado. Y lo hace dotado de un acervo de conocimien-
tos sociológicos, antropológicos y culturales que le consienten dar una respuesta
particularmente atinada. El hecho de acudir al concepto de «relación» como clave
para comprender la «generatividad» nos parece un acierto. Es lo que permite huir
del individualismo y el emotivismo que descubrimos en nuestra sociedad y que
está llevando a una clamorosa crisis de natalidad.
Agradecemos a la editorial Didaskalos y al profesor Donati la riqueza de su
pensamiento, formulado magistralmente en este enjundioso volumen. Confia-
mos en que su lectura despierte muchas conciencias y engendre un dinamismo
renovador, clarividente y benéfico; una recta y fecunda sensibilidad que facilite
encarar un tema tan decisivo como el desglosado en esta monografía, de vibrante
resonancia en medio del invierno demográfico que vivimos