Estudios eclesiásticos Vol. 97 Núm. 380 (2022): enero-marzo recomienda Adán y Eva en el Antiguo Testamento y en la tradición hebrea
El profesor Carlos Granados García, docente de Antiguo Testamento en la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, de Madrid, nos regala en este precioso libro un acercamiento a los tres primeros capítulos del Génesis, en concreto al relato de Adán y Eva, de la mano de la tradición hebrea canónica y no canónica que ha interpretado estos pasajes. Se trata de un volumen divulgativo, es decir, que presupone simplemente un lector ávido de adentrarse en el mundo bíblico y en una presentación de estos episodios enriquecida por la tradición religiosa que los ha visto nacer. No se persigue la erudición y sería un error evaluar la publicación desde esta perspectiva. Nos hallamos ante un intento de actualización, con enfoque también pastoral. Lo que se pretende es que la Escritura Santa ilumine las hodiernas realidades. La obra se divide en seis capítulos. El primero (“Los desposorios de nuestros primeros padres”: pp. 17-52) parte de un hermosísimo texto del Pirqué de rabí Eliezer (del s. I d. C.) para bosquejar el misterio nupcial. Los textos del Génesis se complementan igualmente con una lectura del Cantar de los cantares, de algunos salmos y de otros textos del Talmud. De fondo se percibe también una lectura que ve el Antiguo Testamento con ojos cristianos, es decir, se entrevé una «precomprensión», claramente reconocida por el autor, que supone desvelar los contenidos del Antiguo desde la orilla del Nuevo Testamento, pero sin perder la densidad del mensaje del Antiguo y sin perder tampoco la posibilidad de otra lectura, la de la Sinagoga, que conserva su autonomía. El segundo capítulo (“Los nombres de Adán y Eva”: pp. 53-62) nos acerca a la identidad del hombre y la mujer y a la novedad que el matrimonio ha introdu - cido en sus relaciones. Sobre todo ayudan mucho textos de la tradición hebrea que vislumbran el misterio de lo divino oculto ya en los nombres de la primera pareja. Su unión está desde siempre bañada por el sabor de la trascendencia, por el fuego divino que busca purificar y elevar el amor humano. El tercer capítulo se titula “La fecundidad de Adán y Eva” (pp. 67-88). En él se habla de los tres hijos de Adán y Eva. De nuevo los textos bíblicos y otros de la tradición hebrea sirven para comprender cómo el matrimonio se abre a la vida y a la fecundidad. La pregunta que se plantea el autor —«¿Es un deber la pro - creación?»— suena rara a los oídos del hombre moderno. Pero tiene un sentido muy marcado en la tradición bíblica. Ahora bien, se nos descubre en el conjunto que la procreación es «don» y «tarea», no es sólo ley, sino ante todo bendición. El cuarto capítulo (“La infidelidad de la primera pareja”: pp. 89-106) aborda la cuestión del pecado y cómo se introduce su lógica en el matrimonio. Una lógica que destruye y desordena las relaciones. La tradición del Midrás es aquí muy rica y brinda luz al texto bíblico, planteando cuestiones que animan a imaginar y recrear el texto. La consecuencia del pecado son “Las penas de la mujer y el hombre”, que se afrontan en el capítulo quinto (pp. 107-114). El dolor en el parto y el dominio del varón sobre la mujer son frutos de la trasgresión que Adán y Eva deberán cargar en adelante, hasta que llegue la redención del cuerpo. El sexto y último capítulo, titulado “Perdón para Adán y Eva” (pp. 115-119), es la conclusión más adecuada al conjunto. En el sucinto epílogo (pp. 121-123), el profesor Granados recuerda que la his - toria de nuestros primeros padres no acaba en tragedia. Ciertamente, se despliega el drama de un perdón que se da en la historia. Pero es la esperanza de recibirlo lo que guía la historia desde entonces. Un acertado glosario recopila el significado de algunas palabras técnicas usadas en el cuerpo del volumen, lo cual hace todavía más fácil la lectura del mismo (pp. 125-126). En definitiva, estas páginas irradian un fulgor especial. Desde una visión no manida ofrecen pistas interesantes a personas que desean colmar su convivencia diaria con los tesoros compendiados en el libro del Génesis. Calificamos este libro como un instrumento muy provechoso y altamente recomendable para quienes se dedican a la pastoral de juventud, a preparar cursillos prematrimoniales y a acompañar a familias, sobre todo a las que pasan por dificultades o pruebas en su entendimiento y comunicación conyugal. Agradecemos finalmente a la editorial Didaskalos traernos la enjundia de la Biblia aderezada con la frescura de textos midrásicos y talmúdicos, germinados en una tradición interpretativa menos conocida para el lector cristiano, pero profundos y llenos de fe y de vida.
Fernando Chica Arellano
