Rahner, Hugo. Escritos ignacianos, recesión de Fernando Chica Arellano en la revista Estudios Eclesiásticos de Comillas

  • Fecha:28-09-2021
Rahner, Hugo. Escritos ignacianos, recesión de Fernando Chica Arellano en la revista Estudios Eclesiásticos de Comillas

Este libro, traducido y preparado por Pablo Cervera Barranco, precisamente en el año en que se cumplen 500 años de la conversión de San Ignacio, recoge dos pequeñas obras del genial teólogo alemán Hugo Rahner. De este modo, bajo el título general de “Escritos ignacianos”, encontramos un primer texto, “Ignacio de Loyola y la génesis histórica de su espiritualidad” (Parte primera: pp. 23-149), al que sigue otro: “Notas para el estudio de los Ejercicios” (Parte segunda: pp. 151-248). Es de notar, sin embargo, que ambos documentos son de naturaleza diversa.

La primera parte, bien articulada y de recia consistencia espiritual, muestra convincentemente hasta qué punto la espiritualidad del fundador de la Compañía de Jesús está vinculada a toda la gran tradición de la Iglesia y se ha desarrollado vitalmente a partir de ella. Así lo argumenta, en su magnífica introducción (pp. 7-16), el editor de esta publicación, cuando explica que Rahner tuvo un especial empeño en indicar a Ignacio de Loyola como muestra de la identidad que se ha dado entre Evangelio y fe a lo largo del variado desarrollo vital histórico del cristianismo. El volumen refleja, además, cómo su autor, frente a lo que sucedió en la crisis del ’68 del pasado siglo, cuando se abandonó el concepto de historia y surgió la idea de lo revolucionario, de la ruptura y la discontinuidad, puso de relieve la fecundidad y benéficas intuiciones de san Ignacio, que dieron un aire de renovación a la Iglesia no por la forja de alambicadas estrategias humanas, sino por su fidelidad a la tradición de los Padres y por su arraigo en la tierra fértil de los evangelios, abonada fecundamente por la luminosidad de los grandes teólogos medievales.

De esta forma, como apunta el propio Hugo Rahner en su prólogo a la primera parte de esta obra (pp. 25-27), lo que él pretende con sus reflexiones es prestar un servicio eclesial. Y para ello el erudito jesuita alemán trata de ofrecer “una exposición de cómo se han desarrollado en la Iglesia los fundamentos y la historia de este sentimiento [ignaciano] de servicio” (p. 26). Frente al peligro de un “nuevo espiritualismo”, que rechaza la carne y el cuerpo de la Iglesia, Rahner experimenta la necesidad de volver a recuperar lo que fue esencial para san Ignacio: “Sentire cum Ecclesia”. Así se desarrolla la primera parte de este libro en tres capítulos: “El influjo del ambiente de Ignacio en su formación espiritual” (pp. 37-50); “El encuentro de Ignacio con la tradición de la espiritualidad cristiana” (pp. 51-78); “La mística transformación de Ignacio en hombre de Iglesia” (pp. 79-149).

El modo en que Hugo Rahner explica el “magis” ignaciano en esta parte de su estudio es realmente asombroso. Ese “magis” no se traduce en un espíritu de ruptura y exaltación de lo individual, sino que bebe de una larga tradición eclesial (en la que desfilan los nombres de Ignacio de Antioquía, Basilio, Agustín o Benito) y se inserta también en una tradición de santos contemporáneos (como Bernardino de Siena o Catalina). Rahner ilustra ese “magis” ignaciano en referencia al misterio de la cruz, del “amor crucificado” y del servicio en la Iglesia, nunca al margen de ella.

La segunda parte de nuestro libro es quizás un poco más técnica, menos adaptada tal vez a una lectura de corrido y más a la indagación y la consulta de quien quiera penetrar mayormente en el libro de los Ejercicios ignacianos y en la redacción de alguno de sus puntos. Corresponde a una traducción de notas dactilográficas que reproducen conferencias impartidas por Hugo Rahner en Innsbruck-Zenzenhof en 1946 y en Innsbruck-Canisianum en 1951-1952. Consta de cinco capítulos: “La génesis del libro de los Ejercicios” (pp. 155-164); “La cuestión del texto” (pp. 165-168); “Los instrumentos de trabajo” (pp. 169-174); “Plan del libro de los Ejercicios” (pp. 175-194); “Interpretación teológica del texto de los Ejercicios” (pp. 195-234); y “Apéndice” (pp. 235-248).

La “interpretación teológica” es una verdadera joya, con comentarios a las partes fundamentales de los Ejercicios, que sabemos bien los escuetos que son y también lo enormemente profundos y atinados. Se componen de preguntas claves, respuestas concisas, referencias bibliográficas decisivas o aspectos antropológicos y teológicos nucleares.

En definitiva, don Pablo Cervera y la benemérita editorial “Didaskalos” han tenido el acierto de poner en nuestras manos reflexiones que, aunque hayan sido redactadas hace décadas, conservan la frescura y la incisividad de las obras buenas e imperecederas. Traerlas a nuestra consideración constituye un benéfico regalo, convirtiéndose en un texto de grandísimo interés. En efecto, la recopilación de estas dos geniales contribuciones del jesuita Hugo Rahner sirve extraordinariamente, no solo para el esclarecimiento de la espiritualidad ignaciana, sino, más aún, para inyectar seriedad y entusiasmo en toda vida cristiana que quiera proclamar al mundo que el mayor de los gozos se alcanza cuando se sirve al Señor en su Iglesia.

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